De nuevo, este 7 de octubre, las organizaciones que promovemos la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) nos unimos a millones de trabajadores y trabajadoras en todo el mundo para conmemorar la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Una jornada que nos convoca a reivindicar lo esencial: el trabajo decente es un derecho irrenunciable, nunca un privilegio.
Resulta doloroso constatar que, en pleno 2025, tras décadas de luchas obreras y sociales, aún tengamos que alzar la voz para reclamar condiciones laborales fundamentales: un salario justo, entornos de trabajo seguro y saludable, respeto a los horarios y al descanso, así como la igualdad de trato, sin distinciones por razón de género, origen o situación administrativa. Apelamos a la continuidad del diálogo entre todos los agentes implicados en la mejora de las condiciones de trabajo hasta alcanzar el trabajo decente.
El trabajo que se genera hoy no siempre es camino de inclusión. Jóvenes, mujeres, familias con menores a cargo y personas migrantes enfrentan cada vez mayores riesgos de pobreza y exclusión social, incluso trabajando. Frente a esta injusticia, recordamos las palabras del papa Francisco al inicio del Jubileo 2025, cuando nos llamó a mantener viva la esperanza: una esperanza activa, que no se resigna ni abandona, sino que se organiza, denuncia y construye alternativas.
DEFENDEMOS EL TRABAJO DECENTE
Con motivo del Día Mundial por el Trabajo Decente, que se celebra el 7 de octubre, Cáritas Diocesana de Valladolid se suma, un año más, a la convocatoria promovida por la Plataforma Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), de la que forma parte activa.
La Parroquia Nuestra Señora del Carmen, en el barrio de las Delicias (Plaza del Carmen), acogerá a las 20.30 horas una vigilia comunitaria en la que se pondrá en manos de Dios el compromiso colectivo por la dignificación del trabajo y la defensa de los derechos laborales.
Durante el acto, se realizará un gesto simbólico que invita a la participación activa: las personas asistentes podrán dejar la huella de sus manos como expresión de su compromiso con el trabajo decente. Este gesto dará forma a una cadena colectiva que simboliza el deseo de construir una sociedad más justa, la denuncia ante las situaciones de precariedad y exclusión, y la fuerza transformadora que nace de la unión.
La convocatoria está abierta a toda la ciudadanía que desee sumarse a esta jornada de reflexión, oración y compromiso. El trabajo decente es un derecho fundamental que contribuye a la inclusión, la dignidad y la justicia social. Cáritas reafirma su compromiso con esta causa, promoviendo espacios de sensibilización y acción comunitaria.
Reclamamos justicia. Reclamamos humanidad. Reclamamos trabajo decente: Derecho, no privilegio.