La Franja de Gaza vive una de las crisis humanitarias más devastadoras de nuestro tiempo. Desde octubre de 2023, la escalada de violencia ha provocado el desplazamiento de más de 1,7 millones de personas, la destrucción de infraestructuras básicas y una situación de hambruna que ha sido oficialmente declarada por Naciones Unidas. Cáritas, como red internacional de acción social y humanitaria, está presente en medio de este sufrimiento, acompañando a las comunidades más vulnerables y alzando la voz por la dignidad humana.
Cáritas Jerusalén, junto con Cáritas Española e Internationalis, mantiene su compromiso con la población palestina, ofreciendo, a pesar de las condiciones extremas, una atención lo más completa posible ante las múltiples necesidades de la población. En los últimos meses, más de 28.000 personas han recibido atención directa en salud, apoyo psicosocial y transferencias económicas y más de 12.000 personas, atención médica primaria (8.156 en Gaza y 1.297 en Cisjordania), con 16.313 consultas realizadas. Además, se han desplegado unidades móviles para llegar a quienes no tienen acceso a servicios básicos.
La situación, sin embargo, va más allá de una emergencia puntual. Como denuncia Cáritas, la hambruna en Gaza no es fruto de un desastre natural, sino el resultado de decisiones políticas que bloquean la ayuda, destruyen infraestructuras y condenan a la población civil al abandono. “Matar de hambre a una población es profanar la vida”, afirma con contundencia Cáritas Internationalis, recordando que el silencio ante esta barbarie equivale a complicidad.
A las afueras de Gaza, en almacenes, e incluso dentro de la propia Gaza, toneladas de alimentos, agua potable, suministros médicos, artículos de refugio y combustible permanecen intactos, ya que se impide a las organizaciones humanitarias acceder a ellos o entregarlos. Las restricciones, los retrasos y la fragmentación del Gobierno de Israel, en el marco de su asedio total, han provocado el caos, la hambruna y la muerte. Un trabajador humanitario que ofrece apoyo psicosocial habló del impacto devastador en los niños: “Los niños dicen a sus padres que quieren ir al cielo, porque al menos allí hay comida”.
Los médicos denuncian índices récord de malnutrición aguda, especialmente entre los niños y las personas mayores. Se están extendiendo enfermedades como la diarrea aguda, los mercados están vacíos, los residuos se acumulan y los adultos se derrumban en las calles por el hambre y la deshidratación, tras semanas sin recibir asistencia.
Cáritas Diocesana de Valladolid, quiere expresar públicamente la preocupación por esta situación, sumándose al llamamiento global por un alto el fuego inmediato, el acceso humanitario sin restricciones y el respeto al derecho internacional. Y recuerda que atacar a civiles, impedir la llegada de ayuda o destruir espacios religiosos y humanitarios es un atentado contra la dignidad de todas las personas.
ALTO EL FUEGO YA
Los palestinos están atrapados en un ciclo de esperanza y desilusión, esperando ayuda y alto el fuego, solo para despertar en condiciones cada vez peores. No se trata solo de un tormento físico, sino también psicológico. La supervivencia se les presenta como un espejismo. El sistema humanitario no puede funcionar con falsas promesas. Es hora de que los Estados tomen medidas decisivas: exigir un alto el fuego inmediato y permanente; levantar todas las restricciones burocráticas y administrativas; abrir todos los pasos fronterizos; garantizar el acceso a todas las personas en toda Gaza; rechazar los modelos de distribución controlados por el ejército; restablecer una respuesta humanitaria basada en principios y dirigida por las Naciones Unidas, y seguir financiando a las organizaciones humanitarias imparciales y basadas en principios.
Los Estados pueden y deben salvar vidas antes de que no quede ninguna por salvar. Los acuerdos parciales y los gestos simbólicos, como los lanzamientos aéreos de ayuda o los acuerdos de ayuda defectuosos, sirven para encubrir la inacción. No pueden sustituir las obligaciones legales y morales de los Estados de proteger a la población civil palestina y garantizar un acceso significativo a gran escala.
Cáritas Internacional y más de cuarenta organizaciones advierten que el asalto a la ciudad supone una “sentencia de muerte” para miles de personas atrapadas sin agua, comida ni refugio. Desde Cáritas Española nos unimos a este grito de auxilio y pedimos tu apoyo para llevar esperanza donde hoy solo hay sufrimiento.
Casi un millón de personas están atrapadas en Gaza sin acceso a alimentos, agua, atención médica ni refugio seguro. Muchas han tenido que huir varias veces, sin encontrar nunca un lugar donde estar a salvo.
NO PODEMOS MIRAR PARA OTRO LADO
Desde Cáritas alzamos la voz para exigir:
– Un alto el fuego inmediato que permita salvar vidas.
– El acceso humanitario sin restricciones, para que llegue ayuda urgente a quienes más lo necesitan.
– Respeto al derecho internacional humanitario, que protege a la población civil en conflictos.
La historia no olvidará lo que está ocurriendo. Tampoco lo harán quienes hoy padecen esta injusticia. Desde nuestra diócesis, estamos llamados a unirnos al clamor por la paz, a sostener la acción humanitaria y a alzar la voz por quienes no la tienen.