Cáritas Diocesana de Valladolid cuenta con un programa de Voluntariado que dinamiza la incorporación y el acompañamiento de las personas que desean colaborar con la entidad dedicando su tiempo y capacidades a través de una acción voluntaria.
UN PROCESO PARA LA INCORPORACIÓN
El proceso comienza con algo muy importante: la información. Mediante charlas y entrevistas informativas se transmite a la persona interesada en el voluntariado una información básica sobre las acciones que se realizan, las implicaciones del voluntariado y qué es Cáritas. Esta información permite a la persona tomar una decisión más consciente sobre la incorporación.
En el caso de que opte por incorporarse, pasa a formar parte de la bolsa voluntariado. Cuando hay una necesidad que encaja con el perfil de la persona voluntaria, se le hace una propuesta de tarea y mantiene una entrevista con la persona responsable del proyecto/acción en la que se incorpora, para conocer más a fondo la labor y concretar todos los aspectos de esta.
LA FORMACIÓN QUE CUALIFICA
Para construir el voluntariado como lo entendemos en Cáritas, es fundamental la formación. A las personas voluntarias se ofrece un itinerario articulado en la Escuela de Formación de Voluntariado, que contempla, tanto la formación básica inicial, como formación específica, de profundización o permanente.
No se trata solo de una formación de los aspectos prácticos de la tarea voluntaria, sino que incorpora también una formación del corazón, de modo que la persona voluntaria realice la tarea con calidad y con la calidez.
Algunos de los espacios formativos son compartidos con los trabajadores de la entidad, generando las sinergias necesarias para que la acción concreta de Cáritas sea fiel a su identidad y misión, como sucede en los seminarios de formación permanente.
EL ACOMPAÑAMIENTO EN LA TAREA
Las personas voluntarias cuentan con el apoyo del programa de voluntariado y de los técnicos del proyecto/acción en la que realiza su tarea de voluntariado. Entrevistas personales, reuniones de equipo, … son algunas de las herramientas para ese acompañamiento más directo y personal.
Pero también hay un acompañamiento más institucional, con diferentes espacios de encuentro que se ofrecen a lo largo del curso, y en los que las personas voluntarias en diferentes tareas comparten y enriquecen su experiencia, y además se aprovecha para reconocer su labor. Estos espacios se articulan especialmente en torno al Día de la Caridad y son el acto de acción de gracias por el voluntariado y la celebración de la Eucaristía de la Asamblea anual en la que se tiene un recuerdo para las personas voluntarias fallecidas durante el curso.
Otro momento destacado es la celebración del Día Internacional del Voluntariado. Las personas voluntarias de Cáritas se encuentran para profundizar en su ser y agradecer y despedir a quienes, durante el año, por diversas circunstancias, han dejado de realizar una acción de voluntariado.
Pero esa ‘despedida’ va acompañada de la invitación a la persona a continuar vinculada a Cáritas, entre otras maneras, recibiendo información y participando en aquellas actividades que desee.
CÁRITAS JOVEN
Hay una dedicación especial a los jóvenes. Sin ser una realidad diferente, sí se hace una adaptación de los procesos a la situación de los jóvenes, tanto de sensibilización, como de incorporación y acompañamiento en la acción voluntaria, así como de formas de vinculación a Cáritas.
Todo ello se articula en un proyecto denominado Cáritas Joven, que ofrece charlas en centros educativos y grupos cristianos, un proceso de educación en la caridad que incorpora la experiencia de un pre-voluntariado, un campo de trabajo en el verano, planes personales de acción voluntaria, formación básica y específica, el espacio café-joven y encuentros de voluntariado joven.
El objetivo es que, la experiencia de contacto de los jóvenes con Cáritas resulte educativa en el sentido de que les ayude a configurarse como personas solidarias y a cultivar la dimensión de la caridad de su fe.
EL AMOR COMO MOTOR
Todo lo señalado hasta ahora tiene un fundamento: el Amor de Dios. Hacer que el amor sea el motor de la acción voluntaria es el fin del itinerario que siguen las personas que se acercan a Cáritas. Unas, quienes son creyentes, como experiencia propia de ser amados por Dios; otras, como experiencia transmitida comunitariamente y como testimonio de las primeras. Así se busca que el voluntariado sea buena noticia para las personas acompañadas en los diferentes proyectos/acciones.
¿QUIERES SER PARTE?
Para que Cáritas pueda llevar a cabo su misión, necesita organizarse y contar con personas voluntarias, con las que hacerse presente junto a las personas que viven la injusticia de la pobreza. Te contamos lo que significa para nosotros el voluntariado y los distintos ámbitos en los que puedes colaborar. Conoce más sobre Cáritas y su voluntariado pinchado aquí.
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Para impulsar el Programa de Voluntariado Cáritas Diocesana de Valladolid cuenta con la subvención de la Junta de Castilla y León con cargo a la asignación tributaria del IRPF a los Proyectos Abriendo Caminos y Cáritas Joven.