Para ello, los obispos proponen, en medio de una sociedad asfixiada por la crisis, un cambio en los hábitos alimentarios evitando su desperdicio; defender los derechos de los más pobres aún a costa de renunciar los más favorecidos a algunos de sus derechos; crear una nueva mentalidad que nos lleve a pensar en términos de comunidad y dar prioridad a la vida de todos sobre la apropiación indebida de los bienes por parte de algunos; contribuir a una economía al servicio del ser humano, no del dinero y el mercado; y promover el desarrollo integral de los pobres y cooperar para resolver las causas estructurales de la pobreza.
RUEDA DE PRENSA DE PRESENTACIÓN DEL MENSAJE (2 de junio de 2014)